viernes, 30 de agosto de 2019

LA EUCARISTÍA

San Juan 6, 34 Entonces le dijeron: Señor danos siempre de este pan.

San Juan 6, 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.

San Juan 6, 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi y yo en él.


Lucas 22, 19 Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en conmemoración mía.

San Mateo 26, 27-28, Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: bebed de ella todos, porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.

El sacerdote cuando consagra el pan y el vino común en la misa, los transforma en esa transubstanciación que Jesucristo realizo de Él en la Santa Cena, porque no dijo que el pan y el vino, que ofreció a los apóstoles, era una representación simbólica, sino este pan es mi cuerpo y este vino es mi sangre, osea, la repetición de la Eucaristía, como el tiempo no existe en Dios ya que es eterno, porque no empieza ni termina en un momento dado, y Jesucristo es Dios, la transubstanciación  que Él creó en la Santa Cena siempre está presente en la Misa de la Iglesia Católica, hasta el fin de los tiempos y del mundo.

Jesús nos hace participes de su divinidad con la Eucaristía, de ahí que la iglesia nos ofrece el sacramento de la confesión para ir sin pecado a recibirlo, y así compartir su mesianidad. 

Creo y entrego mi conocimiento, a este misterio, por el purísimo amor que nos tiene Jesús y por la pasión y el sufrimiento tan grande que tuvo en la muerte de cruz.

Un famoso Pastor protestante dijo delante de cientos de personas que la Eucaristía era como un acto de brujería y otro dijo, en plan de sorna, que como siguiéramos comiéndonos a Jesucristo no quedaría nada de Él.

Yo creo, simple y llanamente, en este misterio porque lo dijo Él. Haber si Jesús es Dios y ha creado el universo, al hombre y a la mujer y la vida en la tierra, la transubstanciación de la hostia divina, por la omnipotencia que Él tiene, es relativamente mas sencillo, pero no por ello pierde su amoroso valor salvífico. Es como si me dices que los ganadores de los premios Nobel han hecho grandes y sabios descubrimientos pero no son capaces de leer ni de escribir.

Cuando Jesucristo hacia milagros, sus contrarios decían, que esta facultad, le venia de la magia negra de Egipto y los apóstoles que lo hacia porque le venia de Dios, estas opiniones se daban porque el milagro era evidente y no se podía negar, pues si los protestantes dicen que la Eucaristía  es brujería,  y nosotros que es Santa, quiere decir que hay la evidencia del cuerpo y alma de Jesucristo.  

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